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Corazon Devoto

Padre Nuestro: Oración Completa y Significado (La Oración del Señor)

abril 19, 2025

El Padre Nuestro es considerada la oración por excelencia del cristianismo. También conocida como la Oración del Señor, fue enseñada por Jesús mismo a sus discípulos cuando estos le pidieron que les enseñara a orar. Su importancia es tal que se encuentra en los evangelios de Mateo (6:9-13) y Lucas (11:2-4), y se reza en cada celebración eucarística y en innumerables momentos de oración personal y comunitaria.

Esta oración básica del cristianismo contiene en pocas líneas toda la esencia de nuestra relación con Dios y con los demás. A través del Padrenuestro, los cristianos expresamos nuestra confianza filial en Dios, reconociéndolo como Padre y presentándole nuestras necesidades espirituales y materiales.

Indice

Texto completo del Padre Nuestro

Versión tradicional católica:

Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Versión litúrgica actual (con la doxología):

Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el Reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre Señor. Amén.

El significado de cada parte del Padre Nuestro

“Padre nuestro que estás en los cielos”

Esta invocación inicial nos revela la extraordinaria relación que tenemos con Dios. Jesús nos enseña a dirigirnos a Dios como “Padre”, estableciendo una relación de intimidad y confianza. Al decir “nuestro”, reconocemos que todos somos hijos del mismo Padre, lo que nos hermana con todos los seres humanos.

La expresión “que estás en los cielos” no indica un lugar físico, sino la trascendencia y grandeza de Dios, que está por encima de todo lo creado.

“Santificado sea tu Nombre”

La primera petición del Padrenuestro es que el nombre de Dios sea reconocido como santo. Esto significa que pedimos que Dios sea conocido, adorado y glorificado por todos los hombres. También implica nuestro compromiso de santificar el nombre de Dios con nuestra propia vida.

“Venga a nosotros tu Reino”

Pedimos que el Reino de Dios, ese reino de amor, justicia y paz que Jesús vino a anunciar, se haga presente en nuestras vidas y en el mundo entero. Esta petición tiene una dimensión escatológica (la venida definitiva del Reino al final de los tiempos) pero también actual (la transformación progresiva del mundo según los valores evangélicos).

“Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”

Expresamos nuestro deseo de que la voluntad divina se cumpla plenamente, tanto en nuestra vida personal como en toda la humanidad. Reconocemos que la voluntad de Dios siempre busca nuestro bien y nuestra salvación, aunque a veces no lo entendamos inmediatamente.

“Danos hoy nuestro pan de cada día”

Con esta petición, reconocemos nuestra dependencia de Dios para el sustento diario. Este “pan” tiene múltiples significados:

  • El alimento material necesario para vivir
  • La Eucaristía, el pan de vida eterna
  • La Palabra de Dios que alimenta nuestro espíritu
  • Todo lo necesario para nuestra subsistencia física y espiritual

“Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”

Esta es la única petición condicionada del Padre Nuestro: pedimos perdón en la misma medida en que estamos dispuestos a perdonar. Jesús nos enseña que el perdón que recibimos de Dios está ligado al perdón que ofrecemos a los demás.

“No nos dejes caer en la tentación”

No pedimos ser eximidos de las pruebas, sino la fortaleza para no sucumbir ante ellas. Reconocemos nuestra fragilidad y pedimos la ayuda divina para mantenernos firmes en la fe y en el bien cuando somos tentados.

“Y líbranos del mal”

La última petición de la oración del Señor implora protección contra el mal en todas sus formas, incluido el Maligno (Satanás), que busca apartarnos de Dios. Pedimos ser liberados de todo aquello que pueda alejar nuestra alma de la comunión con Dios.

Cómo rezar el Padrenuestro

Para rezar correctamente el Padrenuestro, se recomienda seguir estos consejos:

  1. Recita con atención: No lo repitas mecánicamente, sino pensando en el significado de cada frase.
  2. Crea un ambiente propicio: Busca un lugar tranquilo que te permita concentrarte en la oración.
  3. Adopta una postura respetuosa: Puede ser de rodillas, sentado o de pie, pero manteniendo una actitud de recogimiento.
  4. Comienza con un momento de silencio: Para ponerte en presencia de Dios.
  5. Reza pausadamente: Dando tiempo a que cada palabra resuene en tu interior.
  6. Medita cada petición: Puedes detenerte en aquella parte que más te llegue al corazón en ese momento.
  7. Concluye con un momento de silencio: Para interiorizar lo rezado.

El Padre Nuestro en la tradición de la Iglesia

San Agustín llamó al Padrenuestro “la oración perfecta”, y Santo Tomás de Aquino lo describió como “la más perfecta de las oraciones”. El Catecismo de la Iglesia Católica dedica amplios apartados a explicar esta oración básica del cristianismo (CIC 2759-2865).

El Padrenuestro ha sido considerado desde los primeros siglos como un resumen de todo el Evangelio. En él se condensan las enseñanzas esenciales de Jesús sobre la relación con Dios y con el prójimo.

El Padre Nuestro es mucho más que una simple oración; es una escuela de vida cristiana. Al rezarlo, no solo nos comunicamos con Dios, sino que también nos comprometemos a vivir según sus enseñanzas: como hijos amados del Padre, como hermanos de todos los hombres, buscando la santificación de su nombre, trabajando por la venida de su Reino, aceptando su voluntad, confiando en su providencia, perdonando a los demás, pidiendo fortaleza ante las tentaciones y protección contra el mal.

Esta oración de Jesús nos acompaña desde nuestros primeros pasos en la fe hasta el último momento de nuestra vida terrena. Su sencillez la hace accesible a todos, mientras que su profundidad nunca deja de alimentar nuestra vida espiritual.

Que cada vez que recitemos el Padre Nuestro, podamos hacerlo con la conciencia de estar repitiendo las mismas palabras que Jesús nos enseñó, uniéndonos así a todos los cristianos que a lo largo de la historia han elevado esta oración al cielo.

Preguntas Frecuentes

Preguntas Frecuentes

Encuentra respuestas a las dudas más comunes sobre el Padre Nuestro.

  • ¿Por qué el Padre Nuestro es tan importante en la fe cristiana?

    El Padre Nuestro es fundamental porque fue enseñado directamente por Jesús a sus discípulos. Contiene todas las dimensiones esenciales de la oración cristiana y resume el mensaje evangélico en pocas líneas. Es un punto de unión entre todas las denominaciones cristianas y se considera la oración por excelencia.

  • ¿Cuáles son las diferencias entre el Padre Nuestro en Mateo y en Lucas?

    En el evangelio de Mateo (6:9-13), el Padre Nuestro aparece dentro del Sermón de la Montaña, es más extenso y detallado. En Lucas (11:2-4), surge como respuesta a la petición explícita de los discípulos de que Jesús les enseñe a orar, y es más breve. Ambas versiones mantienen la misma estructura esencial y mensaje.

  • ¿Qué significa “no nos dejes caer en la tentación”?

    Esta frase ha sido objeto de diversas interpretaciones. No significa que Dios nos ponga a prueba para hacernos caer, sino que pedimos ayuda para no sucumbir ante las tentaciones que encontramos en la vida. El Papa Francisco ha sugerido traducciones alternativas como “no nos abandones en la tentación” o “no nos dejes entrar en tentación”, para evitar malentendidos.

  • ¿Por qué decimos “perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos”?

    Jesús vincula deliberadamente el perdón que recibimos con el que ofrecemos. Esta petición nos recuerda que no podemos pedir sinceramente la misericordia de Dios si no estamos dispuestos a ser misericordiosos con los demás. El perdón que damos condiciona, en cierto modo, el perdón que recibimos.

  • ¿Cuándo se añadió la doxología final “Porque tuyo es el Reino…”?

    La doxología final (“Porque tuyo es el Reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre Señor. Amén”) no aparece en los manuscritos más antiguos de los evangelios. Se incorporó posteriormente en la liturgia, inspirada en 1 Crónicas 29:11-13. En la liturgia católica, se introduce después de una breve pausa tras la oración propiamente dicha.

  • ¿Los católicos y protestantes rezan el mismo Padre Nuestro?

    Básicamente sí, aunque pueden existir pequeñas variaciones en la traducción según la denominación o el idioma. La principal diferencia es que muchas denominaciones protestantes incluyen la doxología final como parte integral de la oración, mientras que en la liturgia católica se añade después de una breve pausa.

  • ¿Se puede rezar el Padre Nuestro varias veces seguidas?

    Sí, el Padre Nuestro se puede rezar tantas veces como se desee, especialmente cuando forma parte de otras oraciones como el Rosario. Sin embargo, lo ideal es rezarlo con atención y reflexión, no mecánicamente. Jesús advirtió contra las “vanas repeticiones” (Mateo 6:7), refiriéndose no a la repetición en sí, sino a la falta de sinceridad y atención.

  • ¿Por qué el Padre Nuestro se reza con las manos abiertas o juntas?

    No hay una postura obligatoria para rezar el Padre Nuestro. En muchas iglesias es común rezarlo con las manos extendidas (postura orante) o con las manos juntas (postura de súplica). Ambas posturas tienen un profundo simbolismo: las manos abiertas expresan apertura a Dios y disposición a recibir, mientras que las manos juntas simbolizan recogimiento y concentración en la oración.

  • ¿Cuándo se debe enseñar el Padre Nuestro a los niños?

    Es recomendable enseñar el Padre Nuestro a los niños desde pequeños, adaptando la explicación a su nivel de comprensión. La memorización puede comenzar hacia los 4-5 años, pero lo importante es que gradualmente vayan entendiendo su significado. Es una buena práctica que los padres recen con sus hijos y les expliquen poco a poco el sentido de cada frase.

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