
En el calendario litúrgico católico, el Segundo Domingo de Pascua brilla con un resplandor particular. Este día, designado como la Fiesta de la Divina Misericordia, constituye uno de los momentos más especiales para experimentar la infinita compasión de Dios hacia la humanidad.
Este artículo te invita a conocer en profundidad esta celebración, sus orígenes, significado y la manera adecuada de prepararte para recibir sus extraordinarias gracias.
Origen y Significado: Un Regalo del Cielo a Través de Santa Faustina
La Fiesta de la Divina Misericordia tiene sus raíces en las revelaciones privadas que Santa María Faustina Kowalska (1905-1938), una humilde religiosa polaca, recibió directamente de Jesucristo. En su “Diario”, Santa Faustina documenta cómo el Señor le pidió expresamente que se estableciera esta fiesta:
“Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia. Quiero que esta imagen sea solemnemente bendecida el primer domingo después de Pascua; ese domingo será la Fiesta de la Misericordia” (Diario, 49).
Esta celebración no fue una iniciativa humana, sino un deseo explícito del mismo Cristo, quien buscaba abrir las puertas de su misericordia a toda la humanidad en un día específico.
El Papa San Juan Pablo II, quien canonizó a Santa Faustina en el año 2000, instituyó oficialmente esta fiesta para la Iglesia universal, cumpliendo así el pedido de Jesús.
La fecha elegida para esta celebración —el segundo domingo de Pascua— no es casual. Se sitúa estratégicamente al culminar la Octava de Pascua, subrayando la conexión intrínseca entre el misterio pascual de Cristo (su pasión, muerte y resurrección) y el don de la misericordia que brota de este misterio.
Es un momento en que la Iglesia nos invita a contemplar con renovada gratitud el precio que Cristo pagó por nuestra redención y la inmensa misericordia que emana de sus heridas glorificadas.
Celebración: ¿Cómo Vivir este Domingo Especial?
La Fiesta de la Divina Misericordia se celebra siguiendo ciertas prácticas devocionales que ayudan a los fieles a sumergirse plenamente en el océano de la misericordia divina:
- Participación en la Santa Misa: El centro de esta celebración es la Eucaristía, donde Cristo se hace presente bajo las especies de pan y vino. Las lecturas litúrgicas de este domingo están providencialmente orientadas hacia la misericordia divina.
- Veneración de la imagen de la Divina Misericordia: La imagen que Jesús pidió a Santa Faustina que mandara pintar muestra a Cristo resucitado con rayos de luz roja y pálida emanando de su corazón, simbolizando la sangre y el agua que brotaron de su costado traspasado. Bajo la imagen aparecen las palabras: “Jesús, en Ti confío”.
- Recitación de la Coronilla de la Divina Misericordia: Esta oración, enseñada por Jesús a Santa Faustina, es particularmente poderosa cuando se reza en este día.
- Sacramento de la Reconciliación: Aunque no es necesario confesarse exactamente en este día (basta hacerlo dentro de un tiempo razonable antes o después), el sacramento de la confesión es fundamental para recibir plenamente las gracias de la fiesta.
- Obras de misericordia: Jesús enfatizó a Santa Faustina que la verdadera devoción a su misericordia debe traducirse en acciones concretas hacia el prójimo.
La Promesa Extraordinaria: Perdón Total
Lo que hace verdaderamente excepcional a esta fiesta es la promesa que Jesús vinculó a ella. En palabras dirigidas a Santa Faustina, Jesús dijo:
“El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de sus culpas y de las penas” (Diario, 699).
Esta afirmación revela la magnitud de la gracia disponible en este día. Es equivalente a lo que la Iglesia denomina “indulgencia plenaria” —la remisión total del castigo temporal debido por los pecados ya perdonados.
En términos más sencillos, significa que el alma queda tan purificada como después del bautismo. Es una “nueva creación“, lavada por completo en la misericordia divina.
Para beneficiarse de esta gracia extraordinaria, los fieles deben cumplir las condiciones habituales para una indulgencia plenaria:
- Confesión sacramental (dentro de un período razonable antes o después de la fiesta)
- Comunión eucarística (preferiblemente recibida el mismo día de la fiesta)
- Oración por las intenciones del Santo Padre
- Estar completamente desapegado de todo pecado, incluso venial
Además, deben realizar algún acto de devoción a la Divina Misericordia, como participar en prácticas devocionales realizadas en honor de la Divina Misericordia en una iglesia o capilla, o rezar ante el Santísimo Sacramento expuesto o en el tabernáculo las oraciones del “Padre Nuestro” y el “Credo”, añadiendo una invocación al Señor misericordioso.
Preparación Espiritual: La Novena de la Divina Misericordia
La preparación ideal para la Fiesta de la Divina Misericordia es la novena que Jesús dictó a Santa Faustina. Esta novena comienza el Viernes Santo y concluye el sábado anterior a la Fiesta.
Durante cada uno de los nueve días, Jesús pidió que se lleven a su misericordia diferentes grupos de almas:
- Toda la humanidad, especialmente los pecadores
- Las almas de los sacerdotes y religiosos
- Las almas devotas y fieles
- Los paganos y aquellos que todavía no conocen a Cristo
- Las almas de los herejes y cismáticos
- Las almas mansas y humildes y las de los niños pequeños
- Las almas que veneran especialmente su misericordia
- Las almas del purgatorio
- Las almas tibias, indiferentes
Esta novena no solo prepara espiritualmente para recibir las gracias de la fiesta, sino que también expande nuestro corazón para interceder por toda la humanidad, reflejando así la amplitud del corazón misericordioso de Cristo.
Impacto Mundial: Un Movimiento en Crecimiento
Desde que San Juan Pablo II instituyó oficialmente esta fiesta para toda la Iglesia, la devoción a la Divina Misericordia ha experimentado un crecimiento exponencial. Hoy, millones de católicos en todo el mundo observan esta fiesta con gran fervor y reciben abundantes gracias espirituales.
Numerosos testimonios dan cuenta de conversiones extraordinarias, sanaciones físicas y espirituales, reconciliaciones familiares y otros milagros atribuidos a la intercesión de la Divina Misericordia, especialmente en torno a esta fiesta.
Es como si, en este día particular, el cielo se abriera de manera especial para derramar torrentes de gracia sobre quienes se acercan con confianza.
Una Invitación Personal
La Fiesta de la Divina Misericordia es mucho más que una celebración litúrgica; es una invitación personal de Cristo a cada uno de nosotros. Es su llamado a experimentar la totalidad de su amor redentor, a sumergirnos en el océano de su misericordia y a emerger renovados, transformados.
En un mundo marcado por el dolor, la división y la desesperanza, esta fiesta nos recuerda que la última palabra la tiene siempre el amor misericordioso de Dios.
Como expresó Jesús a Santa Faustina:
“La humanidad no encontrará paz hasta que se dirija con confianza a Mi misericordia” (Diario, 300).
Te invitamos a marcar en tu calendario el próximo Segundo Domingo de Pascua, a prepararte adecuadamente mediante la novena, y a acudir con confianza a esta cita con la misericordia infinita.
Como asegura la promesa de Jesús, no quedarás defraudado:
“En ese día están abiertas las entrañas de Mi misericordia; derramaré todo un mar de gracias sobre las almas que se acerquen al manantial de Mi misericordia” (Diario, 699).
Este artículo forma parte de una serie sobre las devociones a la Divina Misericordia. Para complementar esta información, te recomendamos leer también sobre “La Hora de la Misericordia”, otro momento privilegiado para experimentar la compasión divina.
Preguntas Frecuentes
Encuentra respuestas a las preguntas más frecuentes sobre la Fiesta de la Misericordia.
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¿Qué es la Fiesta de la Divina Misericordia?
Es una celebración litúrgica católica instituida oficialmente por el Papa San Juan Pablo II en el año 2000, basada en las revelaciones que Santa Faustina Kowalska recibió de Jesucristo. Esta fiesta honra a Dios en su misericordia infinita e invita a los fieles a experimentar la plenitud de su amor misericordioso a través de la Reconciliación y la Eucaristía.
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¿Cuándo se celebra la Fiesta de la Divina Misericordia?
Se celebra el Segundo Domingo de Pascua, una semana después del Domingo de Resurrección, concluyendo la Octava de Pascua. Esta fecha fue indicada por el mismo Jesús a Santa Faustina.
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¿Por qué se celebra la Fiesta de la Divina Misericordia?
Se celebra porque:
- Fue un deseo expreso de Jesucristo manifestado a Santa Faustina
- Proclama la misericordia como el atributo más grande de Dios
- Ofrece un momento de gracia extraordinaria (indulgencia plenaria)
- Recuerda que “la humanidad no encontrará paz hasta que se dirija con confianza a Mi misericordia”
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¿Cuál es la historia detrás de la Fiesta de la Divina Misericordia?
Tiene sus raíces en las revelaciones que Santa Faustina recibió durante la década de 1930. Jesús le pidió que transmitiera al mundo el mensaje de su misericordia y que se instituyera esta fiesta. El Papa San Juan Pablo II, quien canonizó a Santa Faustina el 30 de abril de 2000, instituyó oficialmente la Fiesta para toda la Iglesia universal en esa misma ceremonia.
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¿Cómo se celebra la Fiesta de la Divina Misericordia?
Se celebra principalmente a través de:
- Participación en la Santa Misa del Segundo Domingo de Pascua
- Recepción de la Sagrada Comunión en estado de gracia
- Sacramento de la Reconciliación
- Veneración de la imagen de la Divina Misericordia
- Recitación de la Coronilla de la Divina Misericordia
- Práctica de obras de misericordia
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¿Qué se puede hacer para prepararse para la Fiesta de la Divina Misericordia?
La preparación ideal es la Novena que comienza el Viernes Santo, llevando cada día a la misericordia de Jesús diferentes grupos de almas. También se recomienda:
- Leer y meditar pasajes del Diario de Santa Faustina
- Realizar un examen de conciencia para una buena confesión
- Rezar diariamente la Coronilla
- Practicar obras de misericordia
- Ayuno u otras formas de penitencia
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¿Cuál es la importancia de la Fiesta de la Divina Misericordia para los católicos?
Es importante porque:
- Ofrece una gracia excepcional (perdón total de culpas y penas)
- Refuerza el mensaje pascual, prolongando la comprensión del misterio pascual
- Responde a una necesidad de nuestro tiempo, ofreciendo esperanza y sanación
- Complementa la comprensión de Dios, mostrando que su justicia está siempre temperada por la misericordia
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¿Se puede celebrar la Fiesta de la Divina Misericordia en casa?
Sí, se puede celebrar en casa cuando no es posible asistir a la iglesia:
- Creando un altar con la imagen de la Divina Misericordia
- Participando en la Misa virtualmente
- Rezando en familia la Coronilla a las tres de la tarde
- Leyendo pasajes del Diario de Santa Faustina
- Realizando algún acto de misericordia familiar
- Viendo contenido sobre Santa Faustina o la Divina Misericordia
- Renovando las promesas bautismales en familia
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¿Qué se puede hacer para promover la devoción a la Divina Misericordia en la Fiesta?
Se puede:
- Compartir información en redes sociales
- Regalar estampas o imágenes
- Organizar grupos para rezar la Coronilla
- Invitar a personas alejadas de la fe
- Coordinar actividades especiales en la parroquia
- Distribuir folletos explicativos
- Iniciar grupos de estudio del Diario
- Organizar obras de misericordia comunitarias
- Compartir testimonios personales
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¿Quién puede participar en la Fiesta de la Divina Misericordia?
Está abierta a todos:
- Católicos practicantes (recibiendo todas las gracias asociadas)
- Católicos alejados (como invitación a reconciliarse)
- Cristianos de otras denominaciones
- No cristianos
- Personas en situaciones irregulares
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¿Por qué se recita la Coronilla de la Divina Misericordia en la Fiesta?
Porque:
- Fue enseñada por Jesús mismo a Santa Faustina
- Está relacionada con la Pasión de Cristo
- Jesús vinculó grandes promesas a esta oración
- Es una oración de intercesión universal
- Representa un acto de confianza en la misericordia divina
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¿Se puede asistir a Misa en la Fiesta de la Divina Misericordia?
No solo se puede, sino que se recomienda encarecidamente para recibir plenamente las gracias asociadas. Muchas parroquias organizan celebraciones especiales con homilías sobre la misericordia, veneración de la imagen, recitación de la Coronilla y procesiones.
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¿Qué otras devociones se pueden practicar en la Fiesta de la Divina Misericordia?
Además de las prácticas principales, se pueden realizar:
- Adoración al Santísimo Sacramento
- Letanía de la Divina Misericordia
- Acto de Consagración del Mundo a la Divina Misericordia
- Vía Crucis
- Lectura meditada del Diario de Santa Faustina
- Acto de Entrega a la Misericordia Divina
- Jaculatorias de confianza (“Jesús, en Ti confío”)
- Rosario de la Virgen María
- Obras de misericordia concretas